sábado, 16 de octubre de 2021

¿Cómo se pronuncia: "la enzima" o "el enzima"?

 


Hace unos pocos días nos encontrábamos en mitad de la clase de Métodos Instrumentales Cuantitativos, una asignatura que, como podréis imaginar, debía tener sí o sí un tema dedicado al análisis enzimático de muestras, ya que el uso de estas fantásticas proteínas es de gran utilidad en el campo de la Química Analítica.

Como bien sabréis (¡sólo si leéis este blog!, claro está), las enzimas son proteínas con función catalítica, es decir, que permiten regular y llevar a cabo las reacciones bioquímicas con la velocidad adecuada para que pueda desarrollarse la vida.

En cuanto iniciamos este tema, hubo un pequeño detalle que llamó la atención de varias compañeras/os de clase: nuestra profesora pronunciaba la palabra enzima en género masculino: "el enzima", en vez de pronunciarla en género femenino ("la enzima"), cosa que yo, personalmente, ya había leído en algunos libros de bioquímica (nada más y nada menos que en el legendario Lehninger: Principios de Bioquímica), pero sí que es cierto que casi nunca había escuchado a otra persona pronunciar la palabra enzima en género masculino.



Hasta el "Santo Grial" de la Bioquímica, el Lehninger: Principles of Biochemistry, usa la palabra "enzima" como masculino en su edición española (Fuente).


A mí, que me gustan mucho este tipo de curiosidades, me dio por bichear en Internet a ver si había bibliografía científica o artículos que tratasen este pequeño "conflicto" lingüístico, y finalmente, mis dudas quedaron despejadas gracias a dos artículos: uno de ellos publicado en la Revista Hispanoamericana de Hernia (1), y otro en la Revista Española de Cardiología (2).

Según este primer artículo, la palabra "enzima" está aceptada en ambos géneros, es decir, que se trata de un sustantivo de género ambiguo (lo cual se ve reflejado en la entrada de la palabra "enzima" en el diccionario de la RAE, donde aparece precedida de la marca m. o f.), pero sí que es cierto que en la mayoría de los países de habla hispana se utiliza de forma mayoritaria la palabra "enzima" en género femenino; y además de eso, si consultamos el Diccionario panhispánico de dudas de la RAE -sí, otra vez esa institución algo obsoleta y con tintes bastante sexistas-, nos indica que es preferible pronunciar la palabra "enzima" en género femenino, pero aun así sigue siendo válida la forma masculina del término. Eso sí, lo que es totalmente incorrecto es escribir la palabra "enzima" con "c" para hacer referencia a estos biocatalizadores, ya que de esta forma significaría algo completamente distinto... (creo que no hace falta que os explique lo que significa "encima", ¿verdad?).



Diferencias entre las palabras "encima", "enzima" y "ensima". Por si quedaba alguna duda... (Fuente).


Si nos vamos ahora al artículo publicado en la Revista Española de Cardiología, este nos vuelve a remitir (otra vez) al diccionario de la Real Academia Española, donde el término está aceptado tanto en género femenino como masculino desde el año 1984 (siendo este primer género el utilizado por la mayoría de los hispanohablantes). Además, nos hace referencia al hecho de que hay profesionales que justifican el uso de la forma masculina de la palabra equiparándola a otros términos biológicos/médicos de género masculino y que terminan en -ma (un helenismo procedente del sufijo –μα de la lengua griega), como pueden ser: cromosoma, genoma, eccema, hematoma... Sin embargo, esta comparativa no tiene mucho sentido, ya que la palabra "enzima" fue acuñada como un neologismo en el año 1876 a partir de la forma "enzym", cuya procedencia a su vez es de otro término griego, pero de género femenino ("zyme", que significa levadura). Por último, el autor de este artículo vuelve a insistir en que debemos usar la palabra con "z", y no como "encima", "lisocima"...

Si consultamos su etimología, "enzima" es una palabra procedente del término griego énzymos (ἔνζυμον) (3) (4), cuya traducción al español sería "en el fermento/levadura", y que fue acuñado por el fisiólogo alemán Wilhelm Kühne para describir los primeros procesos de catálisis enzimática que aparecieron en la literatura científica. Desde finales del siglo XVII, se sabía que los distintos nutrientes que ingerimos en nuestra dieta (como las proteínas de la carne o el almidón de las patatas) eran digeridos en presencia de las secreciones producidas por nuestro aparato digestivo, como la saliva o el jugo gástrico. Sin embargo, se desconocía cómo tenían lugar esos procesos de degradación de biomoléculas complejas en otras más sencillas que podían ser asimiladas por nuestro organismo. Hoy en día sabemos que las responsables de estos procesos son nuestras amigas las enzimas (en este caso, las enzimas digestivas, como las amilasas o la pepsina).



Las levaduras son microorganismos capaces de llevar a cabo la fermentación alcohólica gracias a una serie de enzimas. Las primeras observaciones de los procesos de catálisis enzimática tuvieron lugar en levaduras que transformaban el azúcar en etanol, de ahí que se llamasen a las enzimas de esta manera ("en el fermento/levadura") (Fuente).


En 1833, el químico francés Anselme Payen descubrió por primera vez una enzima, la diastasa, un tipo de enzima que cataliza la conversión del almidón a maltosa y que Payen logró extraer de cereales (5). Unos años después, el famoso microbiólogo Louis Pasteur afirmó (erróneamente) que la fermentación alcohólica de los azúcares hasta etanol en las levaduras tenía lugar debido a una fuerza vital presente en esos microorganismos a la que denominó "fermento", y que sólo aparecía en la materia viva (algo que, como ya conté en este post, se desmintió en ese mismo siglo XIX). No fue hasta 1897 cuando Eduard Buchner descubrió que no era necesario que hubiesen organismos vivos para que se diese la catálisis enzimática, al ver que se producía fermentación alcohólica al mezclar azúcares con extracto de levaduras muertas (dando a entender de esta forma que las enzimas debían de ser biomoléculas), y fue durante la primera mitad del siglo XX cuando se vio que las enzimas se trataban en su gran mayoría de proteínas (salvo las ribozimas, que se tratan de RNAs autocatalíticos, como también expliqué en este otro post).


Estructura tridimensional de la enzima alcohol deshidrogenasa (ADH). Junto a la actividad de la enzima piruvato descarboxilasa, se puede llevar a cabo la fermentación alcohólica a partir del piruvato producido en la vía de la glucolisis (Fuente).


Tras haberme documentado un poco sobre el género de la palabra "enzima", y ante esta ambigüedad, yo no podía quedarme de brazos cruzados, así que decidí coger mi teléfono móvil, meterme en mi cuenta de Twitter, y pediros vuestra opinión sobre cómo preferís pronunciar la palabra "enzima". El pueblo habló, y la clara ganadora de esta batalla lingüística fue la forma femenina de la palabra "enzima", ya que absolutamente todo el mundo afirmó que prefería pronunciar este término como "la enzima" y formar así parte del #teamlaenzima (al cual yo también pertenezco).



El tweet que no me pude resistir a publicar. Necesitaba tener sí o sí la opinión de más gente sobre este tema.


Además, otro buen argumento que me dio un compi del grado en Biología es que nosotros pronunciamos los nombres de las enzimas en femenino: "la peroxidasa", "la ATP sintasa", "la deshidrogenasa"... y no en género masculino (imaginaos lo mal que quedaría pronunciar las enzimas que he puesto como ejemplo en masculino...).



¡Muy buen argumento! Imaginad pronunciar esas -sí, en femenino- enzimas con el artículo "el" en vez de "la". ¡Qué horror!


En fin, que aunque casi todas las personas pronunciemos la palabra "enzima" en su forma femenina, también es posible hacerlo en masculino (ya que está aceptado por el diccionario de ambas formas) como se puede leer en algunos libros de Biología y Bioquímica, así que ya cada uno que pronuncie esta palabra como prefiera. ¡Espero que os haya resultado interesante esta mini-entrada y que os haya parecido un tema divertido para comentar! ¡Nos vemos pronto!


Referencias


1. Aguilar Ruiz, M. J. (2016). The enzyme: Gender ambiguity for the term in Spanish. In Revista Hispanoamericana de Hernia (Vol. 4, Issue 2, pp. 77–78). https://doi.org/10.1016/j.rehah.2016.02.004

2. Navarro, F. A. (2017). ¿Los enzimas cardíacos o las enzimas cardíacas? Revista Espanola de Cardiologia, 70(9), 689. https://doi.org/10.1016/j.recesp.2017.01.004

3. https://en.wikipedia.org/wiki/Enzyme

4. https://www.vocabulary.com/dictionary/enzyme

5. Anselme, P., & Jean-Francois, P. (1833). Memoir on diastase, the principal products of its reactions, and their applications to the industrial arts. Annales de Chimie et de Physique, 53(2), 73–92. https://www.abebooks.com/first-edition/moire-diastase-principaux-produits-actions-applications/16678496839/bd

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