lunes, 30 de enero de 2023

Las seis frases a evitar en una conversación para no quedar como un "cuñao"

 

Ya sea en celebraciones, encuentros familiares, reuniones de empresa, y especialmente en redes sociales como Twitter, hemos tenido que lidiar con algún que otro cuñao que va de experto en CUALQUIER rama del conocimiento. Da igual el tema de la conversación en la que el cuñao participe: arte, deporte, gastronomía, salud, política... ya que el cuñao SIEMPRE va a tener amplios conocimientos sobre la materia tratada, y no dudará lo más mínimo en deslumbrarnos con su vasta sabiduría, haciéndonos ver que estamos ante un auténtico polímata renacentista. 

Sin embargo, como dice un conocido refrán: "no es oro todo lo que reluce", ya que en la gran mayoría de ocasiones el cuñao no es más que un individuo con conocimientos muy escasos, a pesar de que pueda llegar a dar el pego. Esto último lo logra el cuñao de una manera muy simple, que consiste en emplear una serie de argumentos basura durante las conversaciones que, a priori, parecen ciertos, pero que realmente son eso, basura. Además, si a esto le sumas la asombrosa capacidad del cuñao de adueñarse de unos pocos tecnicismos empleados en diferentes ámbitos de conocimiento, este logra aparentar cierta erudición y competencia.

El efecto Dunning-Kruger explica a la perfección cómo la falta de conocimientos del cuñao le puede jugar una muy mala pasada (Fuente).

Desgraciadamente los aires de superioridad, la pedantería y el ego del cuñao resultan ser inversamente proporcionales a su sabiduría, con lo cual se hace necesario bajarle un poco los humos y hacerle ver que no es tan sabiondo como cree ser.

Si te sientes identificado con el prototipo de individuo que acabo de describir, no entres en pánico, ya que esta dolencia llamada cuñadismo tiene fácil solución: el tratamiento consiste inicialmente en acudir a tu librería o biblioteca más cercana y adquirir el fármaco más potente que existe contra la ignorancia, llamado libro

Esto provocará una drástica reducción en tu nivel de ineptitud, lo cual te hará ver lo poco que realmente sabes y en consecuencia se restablecerán rápidamente tus niveles de humildad.

He aquí dos célebres cuñaos que nos deleitan cada noche en la televisión. Estos y muchos otros aparecen constantemente en los medios convencionales, donde se les brinda un potente altavoz para difundir sus sabias palabras (Fuente).

Aun así, se debe prescribir a los pacientes de cuñaditis el abandono de un hábito realmente tóxico, que consiste en el uso de falacias y argumentos cuñaos en las conversaciones. Para evitar en la medida de lo posible su uso, os dejo aquí unos cuantos de ellos (seis, concretamente) por si os sirven de ayuda :-)


1. Es que esto a mí me funciona de maravilla

Esto es un claro ejemplo de amímefuncionismo, que también se puede presentar en otras variantes como el a-un-conocido-mío-le-funcionismo. Muy típico cuando se habla de temas de salud, sobre todo de alimentación o de estética.

Un día un cuñao dijo: A mí es que la homeopatía me funciona de maravilla, así que me niego a tomar fármacos, que nos envenenan poco a poco... Y aunque acabó muriendo, al menos no lo hizo por los venenos de la Big Pharma (Fuente).


2. Pero, ¿qué vas a saber tú, crack?

Qué vas a saber tú, si no eres experto/a en esta materia, en la que obviamente el cuñao sí que tiene amplios conocimientos. Otra forma muy típica de presentar este argumento basura es cuando el cuñao te dice que este tema es demasiado complicado para que puedas llegar a entenderlo...

¿Lo ves? Ya te dije que esto iba a ser demasiado complicado para ti... (Fuente).


3. Es que lo dicen los estudios científicos...

Otra cuñadez muy recurrente, que puede expresarse de muy diversas formas, pero siempre apelando a: la ciencia, la evidencia científica o a investigadores de [inserte el nombre de una universidad prestigiosa, tipo Harvard o Stanford], y un largo etcétera... Siendo generosos, al menos en estos casos el cuñao no se las está dando de lumbreras y reconoce que sus conocimientos vienen de la mano de otras personas.


4. Pero es que esto siempre ha sido así...

Efectivamente, el cuñao suele ser una persona bastante tradicional, a la que no le gusta mucho cuestionarse el por qué de las cosas, y si además le dices que hay ciertos aspectos de nuestra cultura o entorno que se deberían cambiar o dejar de existir (véase la tauromaquia), el cuñao te va a tildar de pijoprogre y procederá a cachondearse de tus opiniones sin reflexionar lo más mínimo sobre ellas, tratándote con una condescendencia repulsiva.

Este es otro cuñao célebre conocido por defender las tradiciones y sus sentimientos de nostalgia por los buenos tiempos donde imperaba el Franquismo (Fuente).


5. Es que en mis tiempos todo se hacía/era mejor...

Muy relacionado con el ejemplo anterior, esta frase es muy recurrente en el cuñao nostálgico que piensa que las nuevas generaciones están hechas de cristal y que antes todo era maravilloso. Ahora, los jóvenes no están preparados y lo único que hacen es quejarse de todo y pasárselo bien, tanto que hay quien piensa que el nivel de la universidad ha bajado enormemente desde sus formidables tiempos estudiantiles...


6. Esto tendría que hacerse así y asá, como yo digo...

El cuñao tiene la solución a todos los problemas habidos y por haber. Da igual que hablemos de la situación económica del país, la guerra de Ucrania, la inflación o la pandemia de COVID-19, el cuñao va a ser siempre la persona más cualificada para cambiar las cosas a mejor y sólo él sabe cómo arreglar los problemas que nos afectan a todos.


Conclusión


Simplemente evitando este tipo de comentarios en las conversaciones lograrás NO quedar como un cuñao (que no es poco) y además vas a sacar mucho más provecho de las mismas, ya que escuchando a los demás y, sobre todo, informándote antes de sentar cátedra, obtendrás muchos más conocimientos (de los de verdad) y serás una persona con criterio y capacidad de reflexión.

Espero que os haya resultado útil este post y ¡nos vemos en la próxima!

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