martes, 22 de febrero de 2022

Mi opinión sobre el sistema universitario de España


Sabemos que hay una gran cantidad de personas entusiasmadas y ansiosas por acceder a la Universidad y así poder estudiar la carrera que tanto desean. Sin embargo, hay muchas ocasiones en las que al poco tiempo de acceder a la Universidad, toda esa motivación y ganas de adentrarse en el mundillo académico se van a la basura. Algunos dirán que es por pura casualidad, otros te dirán que es simplemente porque tales personas no tienen "capacidad de esfuerzo" o hay quien incluso piensa que esas personas no valen para estudiar y que estarían mejor fuera del ambiente universitario.

Como estudiante de la Universidad Pública (desde hace algo más de dos años), escucho este tipo de afirmaciones y lo único que sale de mi interior es reírme a carcajadas, pero más bien por no llorar.

En mi modesta opinión, los problemas de la Universidad en nuestro país van más allá de lo que todo el mundo sabe: la imposición de impartir clase que se ejerce sobre los investigadores (y que, por tanto, fomenta la aparición de docentes desmotivados e incompetentes), el nepotismo, la burocracia o la sobrecarga académica son sólo algunos de los males que afectan a la calidad de la Universidad española.

Una de las cosas que más me inquietan como alumno universitario es la forma en la que se imparten los contenidos, la cual no fomenta lo más mínimo el debate entre estudiantes ni el pensamiento crítico. ¿Y por qué digo esto? Pues porque no hay más que ver cómo se desarrolla una clase universitaria al uso, la cual os resumo a continuación:

1. Llegada del profesor(a) de turno al aula, en muchas ocasiones sin saludar al alumnado o ni tan siquiera dirigirle la mirada, como si de un robot se tratase.

2. Inicio de la parrafada de 50 minutos (o de 60, si el susodicho se flipa un poco): aquí es donde los más estoicos luchamos contra nuestros impulsos biológicos e intentamos que la fuerte somnolencia que nos causa oír a una persona hablar sin fin no logre vencernos. Sí que es cierto que hay profesor@s que tienen un poquito más de arte y logran que sus clases resulten muy amenas, pero ya os puedo decir (al menos desde mi propia experiencia) que esto supone una gran minoría.

3. Salida gloriosa del profesor(a): tras haber soltado tal cantidad de información (que muchas veces se corresponde simplemente a leer las diapositivas de clase) y haber causado una desidia generalizada en todos los estudiantes, el/la docente procede a abandonar la sala, pero no sin antes pensar: Fua, es que mis clases son un auténtico deleite para los estudiantes, que se nutren de toda mi gracia y sabiduría. ¡Cómo lo valgo!


Más de una vez me he visto tentado a actuar como Homer Simpson...

Como habréis podido ver, el debate y el fomento del pensamiento autónomo del alumnado son cosas que brillan por su ausencia. Sin embargo, esto no es un problema que solamente afecte al mundo universitario, sino que es algo que se arrastra prácticamente desde nuestra infancia, ya que el modelo de clase magistral, donde tenemos a docentes soltándonos sermones de 1 hora, se puede ver ya desde la etapa escolar, así que en este caso no estaríamos hablando de un problema exclusivo de la Universidad, sino de la forma de "enseñar" generalizada que se lleva a cabo en nuestro país.

Algun@s me diréis: pero, ¿por qué eres tan pesao con todo esto del debate y el desarrollo de una mentalidad crítica? Pues porque considero que de esta manera el alumnado se va a sentir mucho más inmerso en los contenidos que se imparten, y a la vez se fomentan otras cualidades que (desgraciadamente) no se trabajan apenas durante nuestra etapa educativa, como son la dialéctica, la capacidad de argumentar y analizar cuestiones de forma rigurosa y coherente, y, sobre todo, la interacción entre compañer@s de clase, lo cual propicia la generación de ideas innovadoras y además puede venirnos muy bien a aquellas personas que somos algo más introvertidas. Y eso por no hablar del hecho de que, directamente, algunos contenidos que se dan en ciertas asignaturas universitarias son objetivamente falsos o están muy obsoletos, lo cual podría ser detectado por el alumnado (y denunciarlo) si este tuviera las herramientas necesarias para ello.

Además, no sé si esto será algo que ocurra en otros grados o Universidades, pero desde que empecé a estudiar Bioquímica, he visto en muchas ocasiones cómo determinados malcentes se dedican a soltar borderías a los alumnos cuando estos les preguntan dudas -sí, por muy banales que sean- o se quedan mirándolos con mala cara. Algunos incluso se dedican a humillarnos o a hacernos sentir estúpidos delante de toda la clase cuando no entendemos bien algo, o nos dan a entender que "eso os lo tendríais que haber estudiado ya", como si su fantástica y maravillosa asignatura fuese la única que tenemos que tratar de llevar al día. Qué queréis que os diga, pero esas no son formas de tratar a futuros profesionales que están esforzándose por aprender y salir de la Universidad con una cualificación laboral decente.

Otra de las cosas que más me molestan de la Universidad (y del ámbito de la investigación y el sistema de becas en general) es que se considere al expediente académico una especie de Santa Escritura, que refleja de manera fidedigna el talento y la "calidad" del alumnado. El hecho de que se te considere "mejor" o "peor" en función de la nota media que poseas me parece simplemente un atentado contra las ganas de aprender -y disfrutar en el proceso- del estudiante. Además, esto supone una merma en el mundo académico, ya que de esta forma, muchas personas que realmente serían muy válidas acaban creyendo que no sirven para nada, y terminan desistiendo en su intento de acceder al mundo de la investigación y el conocimiento, simplemente por no tener un expediente académico brillante. En fin, es lo que tienen la famosa "meritocracia" y la cultura del esfuerzo, que pintan muy bien sobre el papel pero después, en la vida real, no son tan fantásticas.

Por último, quiero aprovechar que recientemente se celebró el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia (11F) para hacer hincapié en la desequilibrada proporción de género que se puede observar en los altos cargos universitarios (1). En el ámbito que a mí más me atañe (el científico), existe una tendencia muy similar a la que se observa en el organigrama universitario (2), como refleja el gráfico adjunto en este tweet. A pesar de que está muy extendida la idea de que cada vez hay menos problemas de desigualdad de género y que las mujeres están aumentando su presencia en cargos elevados, lo cierto es que todavía queda mucho por hacer, y desde mi punto de vista, no estamos aún en una situación de igualdad real. Y eso por no hablar del sexismo "no institucional" que muchas mujeres tienen que soportar en no pocas ocasiones, como los típicos comentarios de mierda que hacen los hombres (e incluso las propias mujeres) más "tradicionales", las ideas preconcebidas -y que todos tenemos de forma inconsciente (3)- sobre los roles que deben asumir las mujeres en la sociedad, etc.


Este es el aspecto que presentan las altas esferas del mundo universitario (Fuente).

Como todo en esta vida, la Universidad tiene sus cosas buenas, ya que a pesar de todo es un lugar donde se genera conocimiento y muchas personas con pasión y talento pueden crecer como profesionales, pero también cojea en bastantes aspectos como he querido resaltar en este post. Aun así, estoy convencido de que si los estudiantes luchamos por que la Universidad cambie sus aspectos más negativos, podremos tener en un futuro no muy lejano una educación bastante mejor que la que tenemos a día de hoy, y nos sentiremos mucho más a gusto dentro del ámbito universitario.

Espero que os haya parecido razonable mi postura, y si hay algo que no compartáis conmigo, ¡podéis expresaros libremente en la sección de comentarios (o en mi cuenta de Twitter)!

Referencias


2. Martinez, E. D., Botos, J., Dohoney, K. M., Geiman, T. M., Kolla, S. S., Olivera, A., Qiu, Y., Rayasam, G. V., Stavreva, D. A., & Cohen-Fix, O. (2007). Falling off the academic bandwagon. Women are more likely to quit at the postdoc to principal investigator transition. In EMBO Reports (Vol. 8, Issue 11). https://doi.org/10.1038/sj.embor.7401110

3. Haines, E. L., Deaux, K., & Lofaro, N. (2016). The Times They Are a-Changing … or Are They Not? A Comparison of Gender Stereotypes, 1983–2014. Psychology of Women Quarterly, 40(3), 353–363. https://doi.org/10.1177/0361684316634081